viernes, 30 de julio de 2010

Capitulo 2 parte II: " Siempre nos quedará París."

Después de tanta television, el camarrib cama abaj, rociones de pollo con puré de papas y sueros que parecían tentaculos de mi cuerpo, finalmente abandone este triste e soleado lugar que puede ser un hospital. Ni un recuerdo asoma por la retina de lo ocurrido en ese momento. Lo único que mi mente puede recordar es ese instante que la pobre chica tuvo que sentir el sentido de la frustacion y la impotencia al ver como su vainilla se marchaba al suelo.¿Cuanto tiempo volé junto a Rick Blaine mientras escapaba y sufría en su aeroplano por su amor? ¿3 días? ¿ una semana?¿6 meses? Comprobandolo desde la perspectiva de que si algo a cambio en lo que muestra a la ciudad, parecía solo un par de días.
Como otro de mis tantos días, vuelvo a tomar a ese bendito colectivo que me hace llegar a casa, un poco afixiado, cansado pero feliz, por volver de una vez por todas a casa. Saludo a mi viejo amigo Billy, el portero que la única acción que realiza es emborracharse por las noches y abrirle la puerta amablemente a las jóvenes ancianas de mi edificio tratándolas como si estarían entrando a su palacio, mademoiselle*.
¡¿Como estas Joan!? Tienes una cara como si te hubieran llevado puesto.
Ojala haya sido un sueño,
le respondo a mi jovial portero.
Un poco cansado ya de las escaleras pero realmente feliz de llegar a casa, abro la puerta y encuentro un sobre que fue pasado por debajo de ella. Una mueca confundida refleja mi rostro debido a que a pasado mucho tiempo a la ultima carta que recibí, extrañado me agache y recogí el sobre, al no tener nada en la parte posterior del sobre lo di vuelta y leí unas palabras extrañas que no llegue a entender..

"Pour le cas, dans les soirées qui ne sont pas"

Al abrir finalmente el sobre, algo asustado y temeroso, hasta entusiasmado, sintiendo todo un cosquilleo que recorre desde mi cintura a mi frente, al volver sentirme vivo, sentir la sangre caliente recorriendo todo mi cuerpo y volver a escuchar después de tantos años, a mi corazón latir tan fuerte. Al desarrollarse este momento algo caótico e extraordinario, finalmente abro el sobre y saco un trozo de papel algo mal cortado, hasta se podría decir que cortado con las manos y a las apuradas, debido por la desproligidad que fue cortado y la manera en que se acentúa la escritura también desprolija y algo imperfecta, con otra frase que tampoco entiendo.

"Sans les yeux des passagers la nuit, pour aller où?"..
y por debajo de esas extrañas palabras para mi, de manera minúscula en la parte inferior se lee
"Junin 1749, 22 heures"


Ahora se porque decidí saltar de aquel aeroplano y tratar de volver con llsa Lund.


*señorita.

miércoles, 21 de julio de 2010



Cuando caiga la tarde, lo verás salir
arrastrando de casa el calor del hogar.
Cortará alguna flor, besará a su mujer,
perseguirá la estela de un comenta fugaz.
Y en la calle lo verás abrir la flor de su secreto.
Y empezará a soñar.
Quizá vaya al billar a mirar hombres y posturitas 1.
Quizá invente una cita
con un Adonis para él.

Ningún hombre lo amó.
A nadie reveló su pasión y los juegos,
el deseo clandestino.
No hubo cartas de amor,
no hubo día del orgullo.
No le devolverán los veranos perdidos.
Y Cernuda lo ve suspirar, triste, desde el Parnaso.
San Sebastián asaetado reza por tus pecados,
llora por ti, no olvida
al que sufre en silencio
a su oveja perdida.

Miran al cielo y piden un deseo:
contigo la noche más bella.
Amores imposibles
que escriben en canciones
el trazo de una estrella.
Cartas que nunca se envían.
Botellas que brillan
en el mar del olvido.
Nunca dejes de buscarme
la excusa más cobarde
es culpar al destino.


Cuando salga de clase, lo volverá a encontrar
en el lado salvaje, tras el humo del hash.
Él, dulce calavera. Él, corsario de barrio.
Ella, dulce muñeca. Ella, seria y formal.
Él no escucha el rumor de sus alas si pasa a su lado.
Pobre Blancanieves,
nuestro príncipe prefiere a la madrastra,
a la mala del cuento.
Él será la manzana
donde duerme el veneno.

Ella soñará un verso que él nunca escuchará.
Él no trepará sus trenzas una noche de invierno.
Ella soñará un viaje y no habrá despedidas.
Ni canciones de amor, ni Capuleto y Montesco.
Crecerán y en la espuma del tiempo
se deshacen sus sueños.
No quedará ni un recuerdo,
ni en la noche un lamento.
Quizá una leve herida
que lavará el olvido
o el agua de la clepsidra 2.

Caminando hacia el sur, tomando la autopista,
han abierto un garito, muy cerquita del pueblo,
donde huríes 3 desnudas venidas de cien mundos
celebran cada noche catorce de febrero.
Y en la aldea un hombre suspira si el neón se ilumina.
No tuvo Eva este Adán,
no hubo asiento de atrás,
ni caricias, ni cartas perfumadas,
no hubo cita en el parque.
No hubo chicas de Plan 4.

Cuando caiga la noche lo verás entrar
como cada domingo aseado y puntual.
La encontrará en la barra, como a un delfín varado
que ha perdido su estrella, que un día expulsó el mar.
Ella escucha y él, enamorado, desnuda sus miedos.
Entre el ruido, benjamines de champán
y otros delfines cobrando su rescate
a náufragos perdidos
sueña raptar a su amante.