jueves, 19 de noviembre de 2009

Como se sentiran los gritos del corazón cuando no para de llorar, cuando ya no soporta lo que fue amor, o aver cruzado esa linea que nunca quiso mirar. La tristeza se dispersa por lo que queda de hombre, de habitación. Las preguntas rebotan una a una sobre las paredes, el placard, y las respuestas no llegan hasta después de las 7. Si mis manos transmiten odio, si mi boca respira discusión, si mi alma en tu mayor de los casos, yace negra. ¿Quién erés para meterte en este lío? Si no siento, si no respiro, si solo veo hojas negras y todos tus defectos, si solo mirás una parte de mí que casi no existe, e insistes en revivirla, en crearla. Si soy tan odioso, tan grosero y vulgar, tan egoísta y egocentrico, tan puro, y tan cruel. Si exijo lo que es mio, y no tolero que me hagan lo que no es de mi agrado, lo que me hace mal, lo que me hace quebrar el corazón. Si exijo lo que no me gusta que me hicieran, si exijo lo más cercano al bien. Si tal vez nunca te importé todo esto, que vuelva a ocurrir como vuelve a empezar un juego de arcade. Si solo quedarán tus lagrimas, y las mias no valgan ni para lavar mi cama. Si a veces sienta que si es mio, es menor, chiquito como si no fuera nada. Y a veces se siente peor cuando tengo que explicar mis sentimientos, tengo que confesar para que me creas, tengo que despellejarme para que me creas..

martes, 17 de noviembre de 2009

Y como hacer? como hacer para explicar este ser que domina mi cuerpo, mi mente, mi alma. Que recorrer por las aceras de mis pensamientos, de mis recuerdos. Que ciega mi vista, por la luz que brilla sobre él, que embarca una trampa a mi olfato, y no paro guiarme por su rastro. Que al caminar, veo como el piso se mueve, se abre y me deja caer. Detiene mi cuerpo, hace doler mi estomago y me hace poner nervioso. A veces, hasta me deja boquiabierto. Me hace hacer cosas que tal vez no pienso, como escribir, tal es mi caso, y tal vez también, soñar..

lunes, 16 de noviembre de 2009

mis sentimientos no me dejan pensar,
¿o será que están pensando mis sentimientos?

martes, 10 de noviembre de 2009

{punto a parte}

Bajo el atardecer, Buenos Aires me muestra el camino a casa, un camino largo, desopilante y hasta a veces, incansable. Otro martes de sol, burbujas que emergen sobre mi cabeza y recordar de otra noche mas, pero con algo no tan común: Ella.
Caminar y bajar las escaleras, caras, rostros no tan nitidos, y en medio de todo ese engrudo de gente, el rojo le quedaba tan bien. En un segundo, un instante, que sentí mi respiracion, mis latidos, golpe por golpe, sintiendo como el corazón brindaba sangre a todo mi cuerpo, como ella le daba el alma a todo este cuerpo. Y así, seguí caminando, sin ver más que rostros, colores oscuros y grises, pero aún así, sin perder de vista ese angel vestido de rojo que bajo del cielo para hacer vibrar mi piel. Cada minuto, cada baile, cada sonrisa, cada mida, me llenaba el alma, me llenaba el corazón. Susurarle al oido que ella era todo, que era mi vida, la mujer que ame y todavía lo sigo haciendo, que no soy yo si ella no esta. Brevemente, esos diez, veinte minutos, fueron lo más felices, y los que hacen que hoy no puedo parar de pensar en tí, en buscarte en el fondo de mis carpetas, de mi teléfono,y esperar sentir este temblor en mi banco, en el suelo, al ver un mensaje, al ver que todavía en tí estoy.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Capito I parte I : " la historia que te trajo por aquí, ¿cómo empieza?"

¿Nunca sentiste que el sol ya no alumbraba tu ventana? ¿ Qué el aire te ahoga, el ambiente te pesa y la luna solo despeja un paisaje desolado a lo que el anochecer podría ofrecer?
¿Nunca sentiste estar así de perdido, sin más que el reflejo de tu rostro en el baño, y el sonido de la depresión, de la pena, del saber que un día eramos eternos, eramos nuevos niños con nuestros sueños, nuestras leyendas y promesas, sonriendo de cara al cielo y prometiendo una nueva mañana, radiante y soleada. De querer que pare el autobús y el semáforo se ponga en rojo, enfrente de tu ventana. De ocasionalmente, te pierdas bajo mi techo, o pidas cenar en casa.
Me levanto de mi cama movediza, y veo como todo se mueve de un lado hacia el otro, y recuerdo que no estoy ebrio, aunque tenga nauseas. Así me visto, y mi estomago se sigue retorciendo como para recordarme que esta hay. Salgo de mi habitación, y saludo, una por una, a las personas que comparten este viaje conmigo, aunque no las conozca. Terminando de subir las escaleras, siendo el aire fresco que golpea mi cara y acaricia mi alma, brindándome otra nueva mañana. Sonriendo, veo todo ese azul que endulza mis ojos. Y vuelvo de reojo: nada, allí no ahí nada, más que todo esto.