miércoles, 25 de septiembre de 2013



Iron Maiden - Wasted Years (Flight 666)



don't waste your time always searching for those wasted years,
face up...make your stand,
and realise you're living in the golden years.

Ismael Serrano - Un hombre espera en el desierto

martes, 24 de septiembre de 2013

Dos Flautitas, por favor

Dos Flautitas, por favor
El panadero Díaz le decían. Decían los que no lo conocían, que era parecido al ex jugador y actual ayudante de campo del gran Alfio Basile, el Coco para todo el ambiente futbolístico. Pero eh aquí el error: el panadero Díaz, de la calle Empídio González al 300, en el barrio de Floresta, no se parecía ni en las cejas arrugadas que lo hacían verse enojado frente a los pedidos de la clientela. Gordo, morocho, robusto, peludo desde la punta del pie gordo hasta las orejas, de espalda ancha, con una brillante pelada como una bola de bowling y brazos que remarcaban lo que los panchos y los choris hicieron en su organismo.
            Así, cada mañana levantaba la persiana en su pequeño local a unas 2 cuadras de la cancha de All Boys. La artrosis en su rodilla izquierda arremetía a cualquier indicio de sentarse a leer el diario. Ligamentos rotos de una y otra pierna y ¡sin hacer nada! Digamos que había más barro que cancha, donde ya no se podía distinguir el número de la camiseta por toda la suciedad que brotaba de ella. Digamos, que una lluvia torrencial limpiaba las ideas de un buen y lírico fútbol bajo las plateas del Malvinas Argentinas. Digamos que era la situación ideal para romperse los ligamentos de las piernas.

            Sofocado por el calor de un enero de pretemporada, va en busca de auxilio y de una botellita de agua en la parte de atrás del negocio. Ya le comentaron que tiene que dejar las historias de fútbol y que pueden atentar contra su salud y corazón. Si, ese corazón que busca escapes donde la garra, la pasión y el fútbol, lo son todo. Busca encontrar esas historias, y olvidar como lo transformó en un jorobado en potencia cargar cajas sobre la espalda. Olvidar como las bolsas del puerto le destruyeron las dos piernas.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Es hora de levantarte querido (¿dormiste bien?)!

Mensajes en una servilleta

Los hijos de la memoria


No quiero salir mamá ni quiero volver a bajar. Espero verlos. Espero que lleguen. Desde el jardín me dieron a entender que no servía. Que, haga lo que haga, no iba a llegar a ser nada. Así me golpearon la cabeza y me dijeron que viera desde abajo sin chistar. Que aceptara lo que me tocaba y no lo que me correspondía. No estoy solo mamá, somos muchos los que no coincidimos con el consciente colectivo. Los esperamos aquí, mamá, en la casa del árbol. La que está sostenida por los sueños de millones de niños sin techo, sin zapatos, sin una herencia política más que la propia. Mamá, Rodolfo, Salvador y Ernesto están conmigo. Me cuidan las espaldas y el corazón. Sí, están medios locos y sueñan despiertos mamá. Se lo que le pasó a papá y que tienes miedo. Su fracaso fue el alimento de la Latinoamérica sudaca, pero el motor para enderezar mis pasos. No quiero vivir con miedo el resto de mis días. El mundo recordará nuestros nombres como los hijos de la memoria. Estaremos de pie, mamá, estaremos de pie.

Yaque venezolano
ulian sabía que cargaba con el peso de unos 25 años entre sus hombros. Emprendía viajes de los cuales nutría su existencia a base de vivencias un poco tardías y amores fugaces. Lo que no entendía era porque siempre el ambiente desprendía aromas no tan agradables. El miedo, la insatisfacción, la incertidumbre y la agonía por la presión popular lo obligaban a caerse. A arrodillarse. A contemplar también el entorno que lo agota y lo margina. No quiere pasar una puerta a la que no puede volver.
“¿Estás segura, no? Mira que la verdad puede doler”.
Ella respondió que sí.
Él aceptó con la cabeza. Su ira comenzó. Se le erizó la piel. La lluvia golpea su rostro y su espalda y lo hace pensar.¿Es una enfermedad?¿Una maldición? Sus pupilas se dilatan al compás de la desaparición de sus huellas en la arena. Es un hombre nuevo. Se recuerda en el reflejo de un espejo de agua de lo que una vez fue. Las gotas no dejan que vea el panorama, por suerte, tiene los de ellas para orientarlo.


Los bigotes de la seducción

Si sabía de él de amores no correspondidos y noches de lujuria y sacrilegios. Por las mañanas descansaba a la luz del sol y se sentada en las cimas más altas. Por ratos, escalaba toallas calientes y comía lo que encontraba. Se perdía, navegaba por las calles que le daban mucho miedo pero sin perder la cordura. La veía, la seducía con colores elegantes y después del amanecer, emprendía la huida como un amante de los de antes. De vez en cuando se conectaban los caminos de Willy y él, que cuidaba la barrera de lo prohibido y lo legal. Sexys, sus ojos color negro resplandecían en la oscura a la espera de la próxima victima. Odia y detesta cualquier tipo de médico que pueda existir, ya que entiende que le quieren sacar su vida. Separar de eso que lo hace tan feliz y lo hace sentir vivo.

jueves, 12 de septiembre de 2013

La violencia de la irresponsabilidad periodística

La violencia de la irresponsabilidad periodística




¿Qué lugar ocupa el periodismo entre los personajes de reconocimiento público y las personas? Desde allí empieza el error más frecuente y recurrente que trasluce en la sociedad como también en el seno del periodismo: los deportistas son también personas normales y corrientes, con problemas tan iguales y diferentes a los propios. ¿Cuantas veces una opinión crítica en base al trabajo sobrepasa los límites estipulados y se señala con el dedo a esa persona? Ahora, ¿En qué lugar se sitúa el periodista para reclamar despiadadamente y entrometerse en la vida privada de otro  ser humano, cuando lo que se le exige es que sea consecuente con sus actividades dentro de la línea de cal? 

Por un lado, la morbosidad que brote desde la sociedad como también la imperiosa inestabilidad económica lleva a productores, editores, a vivir el día a día como si no hubiera un mañana. Una inestabilidad que lleva a que el fin justifica a los medios. Una locura desenfrenada en que todo es un hecho traumático e imposible de superar, como fue el caso de un descenso de un club de fútbol, Rosario Central, y el suicidio de un hincha por no soportarlo. Los medios alcanzaron un poder demasiado importante centrado en periodistas como formadores de opinión. Un poder tan grande que conlleva una responsabilidad en cuanto a lo que se dice y como se dice. Un poder tan grande que pone en el lugar de negociador en un secuestro de rehenes a un conductor de la televisión, Alejandro Andino, para ser el enlace que resuelva las peticiones entre delincuentes y las autoridades policiales.

 ¿Cuál es el límite moral y ético que impone el periodismo al ser cómplice de críticas desmesuradas que ya superan el ámbito que los compete? El caso de Rogerio Funes Mori es el claro atenuante a una falta de ética periodista y humana.  Más allá de las discusiones sobre las cualidades o carencias deportivas del jugador, desde donde la sociedad se sitúa, aprueba y se mofa de aquel jugador que es persona, de la mano de un periodismo que más que reprimirlo, lo alaba sin ningún reparo y no hace un mea culpa en sus contradicciones. Críticas que traspasan el ambiente deportivo-consciente hasta llegar a lo personal e inconsciente.  

A sí mismo, el ente social ni los considera trabajadores. En este hecho queda en evidencia  la falta de apoyo psicológico en el momento de retirarse de la profesión de la que vivieron toda su vida, indefensos al suceso traumático y carente de armas para lidiar con la situación.