Son muchas las leyendas que crecen aquí en Peumayén. Son bastante habituales porque ocurren cosas realmente extraordinarias, en las que uno no sabe, donde se mezclan la realidad la fantasía, la leyendas crecen debajo de las piedras, bajo farolas como esta, o en las espuma que deja la marea al retirarse en la playa, Leyendas que hablan de monstruos marinos que salvan a navegantes o que los devoran, leyendas de amantes que se ahogaron nadando hacia el futuro, leyendas de buques fantasma condenados por su ambición, y leyendas cómo no, de despedidas como la que les quiero contar. La leyenda, en este caso tiene nombre de mujer, se traba de una despedida, ella se llama Penélope él no sé si se llama Ulises, la verdad. Pero sé que ella le despidió no muy lejos de aquí, en la costa. Agitando el pañuelo blanco del desconsuelo, viendo como el horizonte consumía las velas del barco en el que navegaba su amado. Él, antes de marchar, con gesto solemne le dijo (tienes efecto de solemnidad? Y de mar? De mar? Risas y aplauso). Fijaos que situación, atardecer marino, él con caída de ojos, saber estar, “querida tengo que partir, tengo que marchar lejos, nuevos horizontes de esperan allí donde el cielo y el mar juntan sus labios, me esperan tesoros escondidos en el fondo de un cofre enterrado en una playa que no aparecen en ningún mapa, en lejanos acantilados donde el mar susurra mi nombre a golpe de ola. Querida tengo que partir pero espérame, espérame porque… espérame (risas). Espérame porque regresaré y seremos los mismos, sí pero con la certeza de haber emprendido ese viaje que anunciaban las sirenas, con la certeza de haber asumido el reto de estar vivos”. Se piró. Y ella, por supuesto se quedó esperando. No podía ser de otra forma, esperó y esperó y esperó meses; con la mirada clavada en el horizonte, tratando de encontrar el barco que trajera de vuelta a su amado, soñando ser panal que atrajera aquel velero lejano, con los ojos quemados por el salitre y el alma roja por los argazos. Esperó y esperó y nosotros los del pueblo pues tratamos de hacerle compañía para hacerle más llevadera la espera y nos acercábamos a ella y le dábamos conversación, le espetábamos cualquier cosa, ¿has visto que se adelanta el invierno? ¿has visto como vinieron las redes de los muchachos se fueron de faenar llenas de peces? No se, que le contábamos cualquier chisme del pueblo, cualquier mentirijilla que la tuviera entretenida ¿has visto que España se rompe? (risas y aplausos). Pero ella no hacía ningún caso a nuestra conversación. Seguía con la mirada fija en el horizonte, tratando de encontrar el velero de su amado. Un día estaba ella como tantas veces con los pies enterrados en la arena de la playa, la arena que vertió su reloj de tanto esperar, el sol se ponía, sólo se escuchaba el rumor del mar, el viejo faro que parpadeaba (efectos de sonido de Jacob y risas), ella enterraba los pies miraba al horizonte y hacía repaso de su vida, tratando de buscar el velero de su amado. Pensaba y pensaba y se dijo: hasta aquí hemos llegado. (risas). ¿Me paso toda la vida esperando a un tipo que se marcha a buscar un tesoro que no supo encontrarlo en casa conmigo? ¿Se marchó a buscar nuevos horizontes y no supo encontrarlos en la curva de mi espalda? (se escucha un OHH del publico). Yo me piro. Y se fue. Se fue del pueblo. Tendríais que verla a la mañana siguiente despidiéndose de todos camino del coche de línea porque se fue para un pueblo del interior que el salitre y los argazos ya le había jodido suficiente la vista (aplausos). Dicho y hecho, se fue para un pueblo del interior y le va bien. Encontró pronto trabajo de taquillera en un viejo cine de barrio (aplauso) y ahora anda de amores con el tipo que trabaja en el proyector. Del muchacho que partió lo cierto es que no hemos vuelto a saber nada. ¿Ella piensa en él? sí, de vez en cuando, en la pantalla del cine y ve un barco zarandeado por un mar embravecido, hace de nuevo repaso de su vida piensa en el y se dice: no sabe lo que se perdió ese tipo.
. Anoche fue otro día del cual nunca terminé de partir, de huir de este mundo, o siemplemente, soñar despierto.
domingo, 17 de agosto de 2008
Historia de Pénelope en Peumayen
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
sos todo un genio.de casualidad, vi ahi tu blog en tu flog, y entre.sos una de las muy pocas personas qe qedan, con un poco de cordura.me encanto lo qe escribiste en "pido disculpas por vivir"...la verdad qe casi ni conosco personas qe tengan todavia ese pensamiento,qe tengan dos dedos de frente, y qe miren a los costados i no sobre uno mismo.
en fin :p se nota qe sos una persona de oro..con todo lo que hiciste por marti..se nota qe sos reeeeeee buen pibe alan, y ojala sigas asi, porqe qedan pocos ( o qedan muchos, y no los conosco)con esta sociedad yena de floguers, materialistas y huecos.
ah!soi http://fotolog.com/monnamoouur ..la amiga de emi i marti...natalia.
unbeso (:
Noo tengo palabras para responder con todo lo que me dijiste Natalia la verdad (como te lo dije ahora en el flog). La verdad.
te agrego al msn asi charlamos un poco dale? =).
Publicar un comentario