Y después, después de ver el camino puede llegar a tomar un hombre, con sus desvíos, sus subidas de velocidad, los "pare" y "contramano", veo como estamos. Después de ver todo lo que recorrimos, todos los bares vacíos y las lunas reflejadas en el mar, esas estrellas que nos marcaron el camino. Después de sangrar, llorar y hasta sonreír con cada residente de las ciudades que visitamos. Con las que, con cada una, tenemos una relación diferente, como las mujeres. Cada una tiene su encanto. Después de morir por un amor que tal vez, no fue, sobrevivimos y renacemos, como el fénix, apunto de extingirse, encontramos el nuevo amor. Después soñar sueños que realmente vivimos, de crear la ilusión de aver estado con esa persona.De despertar de un largo sueño, creyendo que paso un día, cuando fueron varios años. Cada reencarnación, cada volver a nacer, cada vez que vimos el horizonte y pensamos, que no estamos solos, que hay algo por que pelear y alguien por quien morir. Después de tantas veces esperarla en la estación, y que llegue únicamente aire, volvió. De sufrir tormentas sin abrigo, lluvia sin amor, besos sin agua, de no encontrar forma a las nubes. Después de noches soñando que bailas conmigo, soñando en encontrarte, y morir, de a poco, bajo la sangre fría del alcohol, y la melancolía. De ver caer el telón, de ver como te has ido. De perderme en las puntadas que recibía mi corazón por parte de mi cabeza, recordando aquellos momentos, aquella noche, de luna, de sombras, aquellas noches. Noches donde, morimos juntos, vivimos juntos. Donde mis ojos se veían reflejados en los mios, donde no había ni centímetros que separarán tu corazón del mio. Donde la llama que nos hizo uno, creo vida a una fogata, y nos dio abrigo, juntos. Tardes, donde el dulce se te escapaba en los labios, o simplemente fue el destino,(Después de "ni Venecia sin tí..".) cuando el enchastre era mayor, y los besos lo duplicaban. Otras, también, en que ignoramos al razonamiento y dimos pie a la furia, al camino fácil, al bajar los brazos. También a veces, el teléfono fue nuestro aliado, al podernos hacer escuchar esa voz que se transformaba en nuestro refugio. Las lágrimas, sonrisas y ojos cristalinos, ahora no son más que anedlotas. Ahora tengo miedo, tengo fantasmas que me asustan a menudo y complica a mis pensamientos. Me invaden las pesadillas, el pensar demasiado. Pero hoy también tengo una ventaja, algo que espanta a todo lo que antes nombre. Que puede dejar pensar en tardes perfumadas, noches de taquilla y sueños por cumplir. Tú.
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