Llueve, llueve. El sol no quiere no piensa despertar en horas tan tempranas, y asi me congelo.
Despues de saludar a los mismos pasajeros en uno de los primeros colectivos que me transportan al centro, las ventanas del bus y de mi corazon se empañan. Encierro un cigarillo y trato de quemar cada una de las heridas que vuelven a abrirse en cada una de estas mañanas. Con la ayuda de Daniel's, el mundo no parece tan terrible como es y el frio se me hace esquivo casi. Al caminar junto a las miles de personas que comparten este segundo conmigo, a lo lejos creo verte, o me lo imagino. Sera que el echo de pensar tanto en una persona hace que nosotros mismos nos hagamos creer que este alli. Que por esas casualidades y causalidades del destino, y de la vida, cruce la acera y, entre tantas miradas, puede entorpencerse con la nuestra. Asi de tristes, asi de melancolicas, son estas mañanas en el centro de Buenos Aires para mi. Tal vez un dia te encuentre entre el tumulto de la gente, entre esas miles de personas que dia a dia, ayudan a encontrarte, y asi tambien a perderte.
Hace unos dias, recordando el momento en que estuve por desmayarme en aquella manifestacion y en el hospital, aparecio su escencia. Sera su perfume, sus ojos negros, su escencia..tal vez mi propia alma trato de buscarme un significado mas para vivir, para resolver este interrogante que no puede dejarme dormir...que me desvela.
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