6 de la mañana y una brisa que se escurre por cada uno de los poros de mi piel que me dice: "sí, hace frío", y apuñala a mis sueños en el momento que caigo estrepitosamente contra el suelo. Sí, es de noche y ya los pájaros me susurran que no llegue tarde, que no me pierda ser alguien en mi vida. Suspiro, miro, encontrando solamente a un alma cansada, un rostro cansado, pero con ganas de luchar. Abriendo la cerradura de la puerta, mi madre, ya sean las cuatro, cinco o la hora que fuera, me bendice con un dulce "que tengas un buen día" sumergida en un mar de sueño pero preocupación maternal. Después de bajar las escaleras, salgo por la entrada de mi casa y allí está: mi fiel amiga e inseparable Mari con sus flores y plantas, otorgándome los buenos días con una sonrisa que bañaría a toda la Argentina si fuera posible. Espero el colectivo cubriendo mi cabeza del frió, de los fantasmas de la calle, de la desesperación y el diablo que espera en cada esquina. Arrancando el colectivo, veo, persivo, como fue que pasó ésto. Como fue que esto llegó a suceder. 6 de la mañana, 6 de la mañana. Madres que junto a su hijo, cargan una bolsa de frustaciones, malos empleos y salarios, sin salud, sin vida, sin felicidad. Del otro lado, Joaquín, o Joaco, un amigo del barrio, amigo del camino, consumido por los vicios,tentaciones que durante la noche, y lamentablemente ahora también el día, ofrece la calle. Perdido, adicto. ¿Cómo pudo pasar ésto? ¿Cómo dejaron que pasará esto?.
Me siento...rendido. Inflo mis pulmones y mastico bronca, así tiene que ser. Así son todas las mañanas. Por la ventana veo madres, abuelas, amigos, hermanos, todas historias vivalentes, todos cuentos, sueños, amores, que empiezan y terminan entre calle y calle. Es allí cuando decido cual será la mía. Crecer, necesito crecer. Me necesitan, todos me necesitan. Mari, mi madre, todos. Necesitan un lugar mejor, un país mejor. Mari no necesita muchas Mari's más. Mari necesita ser la última de su especie, la última de mi generación. La última de no ser privilegiada en trabajo, en un hogar y en una educación. La última con la que tenga que relacionar la palabra "privilegio" con "educación, hogar y trabajo". Dicen que Dios tiene plan para cada uno de nosotros, tiene un Destino, un motivo por lo cual llegamos a éste mundo. Sí, a éste, y no a aquel aquel o aquel. Éste mundo. Solo hay un destino, pero son diferentes los caminos que podemos utilizar para llegar a él. Desde que nací y crecí se cúal es mi destino: hacer un futuro mejor. Para mi madre, para mi padre, para todas las Maris que hoy existan sobre Argentina. Ser quien diga BASTA, quien crea en algo mejor, en no tener miedo, en no sufrir en el miedo. No es soberbia, es orgullo, y no es orgullo, es Honor. No sé como ni cuando, no sé de que manera será, pero sé que será. Se que estaré allí cuando sea el día y momento adecuado. Se que mi madre me estará mirando sabiendo que ese soy yo, que cumplí con sus sueños, con su corazón.
Siendo las 2 de la mañana, me acuesto en mi cama cuando otra vez vuelve a ocurrir, como cada día, como cada noche. Siento en el medio del pecho, del lado izquierdo como una bola de fuego. Siento Maris, a Joaquines, a cada persona que está en la calle pidiendo ayuda y auxilio. Los veo, los escucho, los siento adentro mio. Si esas personas pueden salir adelante y cumplir su propio destino, ¿cómo yo no puedo hacer el mio?
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