El espejo ya no me reconoce. Tengo los ojos grises, el pelo dorado, y la cara hinchada. Muevo la boca para comparar si ese -otro- soy yo. No hay manera. Apoyada mi cabeza contra la pared pienso en todo el mal que eh echo, y ahora me encuentro solo, y sin ninguna respuesta, sin ningún consuelo. Ni el espejo logra reconocerme, encontrar un poco de algo, de la persona que fui alguna vez, del hombre que fui.
Miro por la ventana, un día soleado, un rocío triste, cubre toda la ciudad. A pasado más de un mes desde que no te vi, las funciones terminaron y no te vi en el teatro, te vi perdida en canales de mediodía y mediaticos, donde desvelaban tus derroches, en cuales me has olvidado. Se hizo tarde, veo al pasar por una esquina, un pequeño bar, donde debajo se encuentra un teatro, causalidad o casualidad?. Echo un vistazo y veo a la obra: " Diurno en días cálidos ", se llama la obra.
A un costado decido sentarme, así puedo escuchar atento, a nuestro joven actor..
-:"Cada noche es una puñalada, cada madrugada, un atardecer para mi piel de vampiro. Eh perdido la sed, el apetito por mis victimas. No tengo miedo que me capturen o pidan fuego a mi cabeza. Los días, semanas y años pasan igual, a que los pétalos que caen de una rosa. La gente puede cambiar, su sangre no, su corazón no.
No sueño con un castillo en una montaña. Lo único que espero y ansio, en esta vida es que vuelvas conmigo. que vuelva a sentir elevado mi ritmo cardiaco, en que vuelva a creer que aun piensas en mi ."
. Anoche fue otro día del cual nunca terminé de partir, de huir de este mundo, o siemplemente, soñar despierto.
miércoles, 18 de febrero de 2009
Leon parte XXIV : Diurno en días calidos.
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