. Anoche fue otro día del cual nunca terminé de partir, de huir de este mundo, o siemplemente, soñar despierto.
viernes, 27 de febrero de 2009
Leon parte XXIV : fantaseaba canciones en la radio.
Y miro por mi ventana, por mi balcón, el reflejo de las luces de la ciudad. Una brisa cálida de verano y alguna radio equivocada que hace recordarte. En la oscuridad, me pierdo frente a la estación que hace que logre escuchar tu voz otra vez. Un cigarro podrá calmar mi sed, mi ansiedad, pensé, erróneo. Vive en mi mente el recuerdo, de cuando fuimos uno. Cuando contuviste mi miedo, mi frío y me cubriste con tus alas. Cuando amarré con tus besos tu cintura, como puedo a través de tus ojos ver adentro tuyo. En la forma que cae tu cabello sobre tus hombros, en que tu perfume ya es parte de mi, en que compartimos el mismo aliento. Tus ojos brillaban, los mios también, ambos se veían reflejados."Quedate conmigo, mi vida no es mía si no estás en ella". Y tus alas cayeron sobre el piso. Ahora eres mortal y puedes estar conmigo y sin ninguna respuesta, sin más que silencio, ellos decidieron hablarse, expresarse, al sentirse tan cerca uno del otro. Su conexión parecía ficción, parecía de épocas de dragones y castillos, de amores bajo la lluvia que se juraban amor eterno. Y así conversaron sobre las noches largas, las canciones que escribió para ella, los días largos e historias de tormentas. Todo esto en un solo y cálido beso. Y así, eran dos radios unidas que no pararon de transmitirse toda la noche.
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