sábado, 4 de junio de 2011

Baila, O disparo. 1º Parte. SI

Son las 10 a.m en la ciudad del norte. El miedo y la desasón no para de inyectarse por las venas de la ciudad Metrópolis de la capital. Por las angostas calles y pasajes, vendedores de alma y pactos extracelestiales intercambian barro por dinero. Sus devotos seguidores no son más que pollitos pilluelos de no más de 16, 17 abriles y muchas noches de sangre. Pasada la medianoche y ya con el sol pansa arriba y la luna como complice, empiezan a agitár sus negras caderas transmitiendo el ritmo del carnaval por todo su cuerpo. Su carnaval. Su danza de balas a mansalva, de la compañera noche alumbrada por la detonación de sus cañones. La gira demandará todo lo necesario, hasta llegar a aprovechar hasta el último gramo de oscuridad. Sin rumbo fijo ni preferido, la comparsa buscar el lugar para hacer su número. Sin discriminación, sin raza, sin preferencias. Para ellos todos son iguales. Todos son iguales frente al señor, todos son iguales frente a La Muerte.

Ellos no son malos, no son culpables. Son victimas. Son la culpa de nacer en el lugar equivocado en el momento equivocado. Ellos no eligieron tener que vivir con 6 hermanos más sin un padre en una habitación para todos ni escuchar y ver pasar balas entre harry potter y sus dibujos entre sus sueños. No son culpables de ser hijos del hambre y padres del paco. Su vida es totalmente carpe Diem: disfruta el día, disfruta tu vida, que mañana no sabes si vas a seguir bailando.

Por orden de su padre, deciden irse pa' el baile, despidiendose de sus hermanos como cada noche, explicándoles que se van y que en un ya llegan. Sin miedo a lo que puede pasar, sin miedo a lo desconocido, suben a su carrosa de exposición, que el día anterior se la auto-regalaron. Los 4 hermanos unidos, juntos, codo a codo, con la ultima caricia del cielo, se sienten uno solo, e indestructibles.

Él maneja y dirige los hilos de esta orquesta: El polaco "Martín". Señalado de esta nación por su tez blanca y sus ojos supuestamente grises, dicen "supuestamente" debido a que nadie puede llegar a comprobarlo por la negra vicera que tapa todo el sol de sus días. En el asiento de copiloto esta el capitán Maltés, apoderado así debido a su parecido físico con el héroe de historietas y por su valentía.
En los asientos traseros, están los gemelos Martinez de Hoz, odiados y respetados por todo el barrio por su baja descendencia. Ellos todos juntos forman el grupo de la Triple MMM, que en nombre del narcotráfico y del servicio socio-económico de la República Argentina, se preocupan y encargar que la cosa funcione y el país este en movimiento, en ritmo, bailando.

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