domingo, 23 de noviembre de 2008

Leon parte IV: Oscureciendo

Apaga el cigarro, contra su propio pie. Por el frió que castiga al pobre pueblo, parece que suspira humo. Mira, observa, a más de cien estrellas. Sin más que un viejo farol cada un par de metros por la terminal. A su alrededor, una sola alma: la suya. Sabe que por nómade esta viviendo las consecuencias. Teme que lo único que vea sea a sus fieles compañeros: su sombra y la la soledad.
Teme que no encuentre razón por lo que esta haciendo lo que supuestamente esta haciendo. Teme, tiembla y sabe que en este pueblo no encuentra más historias que tristes despedidas(y cuando estas son felices?), que no hay mayor desamor que el engaño, que no hay peor traición que el olvido. Quiza, deba partir y dejar de una vez este pequeño y gris pueblo, que me saluda tal vez mi despedida, con una turbia lluvia.

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