Pasan las olas, la area, el sol destellante y viejos marineros que recuerdan tardes de fútbol con los muchachos al compás del mate. Entre tanto, observo el horizonte, recuento los pasos que me faltan para llegar, y como un viejo truco de edición barato, te veo encima de mis hombros cayendo de cara a la arena entre abrazos y risas, entre besos y melancolía.
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